sábado, 15 de febrero de 2014

Odia a Parménides

Como los satélites
que no son estrellas
cascada rota de eternidad
raíz de diente
niño
poesía
sólo polvo—,
como los bajos
que no son guitarras ni serpientes,
como los delfines,
que no son peces aunque naden libres y admirados entre ellos,
como Pío Moa,
que no es Pío Baroja, 
como el genio, el fuego o la sífilis.
Tú eres el espejo roto en el que el wannabe se mira,
la chispa ahogada en la noche, el gemido,
el espartaquismo,
los pulmones de plomo,
los ojos tristes y las manos que tiemblan, impotentes.
Tú, que cruzaste y volviste de la Laguna Estigia sólo para decir:
"Lo que es, es, y no puede no ser.
Lo que no es, no es... y no puede ser".

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